Donnerstag, Januar 22, 2009

Cuba: La Revolución llega a su 50 aniversario (II)


Orestes Martí - Manuel Alberto Ramy
Entrevista a Julio Carreras (H)


Las Palmas de Gran Canaria - La Habana, Cuba - Buenos Aires, Argentina. 2008-12-18

1- Cuba se acerca a la celebración del 50 aniversario del triunfo de su Revolución ¿vivió aquel acontecimiento? ¿Cómo lo recuerda?

R.: Yo tenía 9 años cuando triunfó la Revolución Cubana. Pero recuerdo con intensidad aquél suceso, pues para nosotros, los argentinos, eran también tiempos de lucha. Mi familia era peronista, y estábamos en el momento en que por todo el país se efectuaban actividades insurgentes contra una dictadura militar pro yanqui. Incluso, más o menos por esos mismos días, hubo ensayos guerrilleros como los Uturuncos, una milicia peronista nacida precisamente en mi provincia, Santiago del Estero. Y que desde 1959 constituyó un campamento en las montañas del NOA, efectuando acciones guerrilleras y resistiendo a la represión militar por poco más de un año.

Mi padre y mis tíos eran entonces jóvenes militantes peronistas, uno de ellos dirigente de un sindicato muy combativo, el de los docentes. Así que cuando triunfó la Revolución Cubana, se vivió en mi familia un clima de euforia y esperanza. Mis tíos, mi padre y sus compañeros de militancia conversaban mucho acerca de la Revolución Cubana. En tiempos en que no había aún TV, mi padre compraba todas las revistas informativas de entonces -que eran varias. En ello se complementaba con mis tíos. Incluso leían revistas norteamericanas (en español), como Visión, Selecciones del Reader´s Digest o Life.

Recuerdo haber visto grandes fotografías del Ché en Life, si no me equivoco... debe de haber sido cuando estuvo en Punta del Este. Por esos tiempos también tuvo una entrevista -el Ché- con el presidente argentino, Arturo Frondizi, quien había sido elegido con los votos peronistas (pues el peronismo seguía prohibido).

Pues bien, podría llenar varias páginas hablando de mi recuerdo infantil y adolescente sobre la Revolución Cubana. Pero en honor a vuestro espacio diré, cerrando esta primera respuesta, que para los peronistas argentinos (la inmensa mayoría del pueblo), la Revolución Cubana fue objeto de estudio y se conocían muchos de sus detalles, paso a paso, a través de la red de militantes.

2- ¿Qué influencia considera ha tenido la Revolución cubana en su entorno social?

R.: Así como yo, decenas de miles de niños argentinos deben de haber crecido escuchando a sus familias peronistas hablar de la Revolución Cubana. La presencia del delegado de Perón, John William Cooke y de un genial periodista militante, Rodolfo Walsh, junto a Massetti, entre los amigos de la Revolución, nos hacía sentir a Cuba casi como una parte de la Argentina. Entre la población en general también se respiraba una gran simpatía hacia la Revolución Cubana. Uno podía oír hablar, en bares, sitios sociales o centros culturales y educativos, elogiosamente de Cuba y su proceso revolucionario.

Creo que la influencia de la Revolución Cubana en toda Latinoamérica fue muy estimulante. Y sus experiencias sostuvieron espiritualmente a millones de militantes nacionalistas y revolucionarios del mundo entero, desde los 60 hasta la actualidad.

Y los siguen sosteniendo: él éxito de la película "Ché, el Argentino", lo demuestra claramente. Hoy surge otra oleada de jóvenes revolucionarios que observa con avidez cada detalle de lo conseguido en Cuba.

3- ¿Qué opinión le merece el bloqueo norteamericano a Cuba? ¿Aconsejaría a la nueva Administración norteamericana su levantamiento atendiendo al reclamo de la opinión pública internacional, especialmente a los resultados de las votaciones de la ONU?

R.: En la ética de la guerra, no hay recurso más canalla que el sitio por hambre a los contrincantes. Esto significa en sí una declaración de derrota, pues se aplican recursos perversos hacia quienes no se puede derrotar en combate franco.

La aplicaron los romanos, ante los valerosos soldados israelíes que no pudieron derrotar en el año 70 y se habían refugiado en Massada. La aplicaron también los españoles contra los valerosos indios Quilmes, del Noroeste Argentino, y terminaron sojuzgándolos por hambre. Es decir, obtuvieron como prisioneros sólo a las mujeres, los ancianos y los niños.

Este mismo recurso vil es el que aplica EE.UU. luego de la estruendosa derrota que sufre con su invasión a Bahía de los Cochinos, en 1961. Comprendiendo que no podrá derrotar a Cuba por medios abiertamente militares, decide socavar la moral de su población con un bloqueo inmoral.

A lo largo de estos 50 años EE.UU. ha sugerido constantemente, además, que no le importa la opinión de los demás países del mundo. La reciente invasión a Iraq demostró de un modo brutal esta actitud consecuente. Igualmente con Cuba, utilizó las votaciones en la OEA cuando pudo manipularlas... posteriormente, cuando comenzaron a serle desfavorables, sencillamente las ignoró.

Por cierto aconsejaría el desbloqueo inmediato a la nueva administración de Barack Obama, a quien considero alguien esperanzador. No sólo por razones de ética social, sino por conveniencia. EE.UU. atraviesa sólo la primera parte de una agudísima debacle económica. Está emergiendo el despropósito capitalista, que prácticamente vació el potencial económico de ese inmenso país en los últimos 30 años.

Así que una política de apertura de los EE.UU. no sólo es posible como estrategia para recomponer sus relaciones mundiales, sino es el único camino abierto ante el imperio para evitar su ruina total.

4- ¿Cuáles considera son las "asignaturas pendientes" del proceso revolucionario cubano?

R.: Desde fuera, hemos visto más aciertos que errores en el proceso revolucionario cubano, siempre. Particularmente el hecho de haber resistido, con sus propios medios -como se sabe, geográficamente modestos-, a tan tremenda exclusión económica como la que la sometió el imperialismo. Nos inquietaron, sin embargo, tres puntos:

1) Cierta aparente indolencia en algunos sectores administrativos, particularmente aquellos que sostenían relación con el público (en embajadas, por ejemplo).

2) Una actitud ideológicamente rígida en la primera etapa revolucionaria, acerca de cuestiones de Religión.

3) La diferencia de status entre turistas y pueblo cubano común, que se palpaba de un modo muy evidente en los 80 o 90, y tendía a socavar, según creo, la moral revolucionaria.

Por cierto estas son sólo apreciaciones muy superficiales, de alguien que observa desde fuera y pueden estar erradas.

5- ¿Cuáles son sus expectativas de la Revolución cubana en los próximos años?

R.: La Revolución Cubana ha sido un faro ideológico y ejemplo no sólo para América Latina y el mundo. Creo que la misma Rusia -cuna de la primera revolución socialista-, está tomando muchos ejemplos ahora de lo que hizo Cuba.

Mis expectativas son que, en el Nuevo Orden Socialista Mundial, Cuba sea el eje de un realineamiento, que permita avanzar hacia sistemas sociales más justos y culturalmente evolucionados en todo el planeta.

Versión en inglés:
Progreso Weekly